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Proyecto Visión 21

¿Qué pasará cuando las supercomputadoras cuánticas sean el cerebro de robots inteligentes?

Según una historia publicada a principios de este mes, una nueva supercomputadora cuántica de Google puede resolver en cuestión de segundos problemas que otras supercomputadoras cuánticas tardarían 47 años en resolver. Dicho de otro modo, se redujo el tiempo de procesamiento de casi medio siglo a unos segundos. 
 

Si esa misma proporción se mantuviese cuando se active la próxima supercomputadora cuántica (y eso sin dudas sucederá antes de lo que se cree), entonces la próxima generación de supercomputadoras cuántica podrá resolver en millonésimas de segundo lo que ahora tarde algunos segundos en resolverse. 
 

Pero ¿para qué sirven esas supercomputadoras con esa inimaginable capacidad de procesamiento? Una primera respuesta es que se usarán para la navegación de carros y de vehículos autónomos, pero eso parece una tarea demasiado pequeña para tales supercomputadoras. 
 

Personalmente, creo que el uso de las supercomputadoras cuánticas será similar al que se ve en Viaje a las Estrellas: ayudar en la navegación de naves espaciales. ¿Y por qué no? Antes de negarnos a esa posibilidad recordemos que en algún momento se creyó que nada más pesado que el aire podía volar. En el mundo actual, decir “es nunca va a suceder” carece de sentido. 
 

A la vez, existen otras dos posibilidades para las nuevas supercomputadoras cuánticas, y nada tienen que ver con especulaciones mías o con mi intención de seguir viendo a Viaje a las Estrellas como un documental. 
 

Específicamente, se ha mencionado que China estaría estudiando el uso de supercomputadoras cuánticas para la administración de ese inmenso país. En ese contexto, quizá llegue el momento (y quizá no falte mucho tiempo) en el que ya no elegiremos presidente, sino que una supercomputadora nos gobernará.
 

Y, según otro reporte, las supercomputadoras cuánticas podrían usarse para una tarea más allá (según comúnmente se dice) del alcance de la ciencia y de la tecnología actual: comunicarse con inteligencias extraterrestres. Quizá ese sea el principal propósito del desarrollo de esta nueva tecnología. 
 

Existe aún otra posibilidad, la de que las computadoras cuánticas se conviertan en el cerebro de robots humanoides inteligentes. (¿Se acuerdan de Data?) La idea no es descabellada. Hace sólo un par de semanas se llevó a cabo en Ginebra una “reunión cumbre” entre robots inteligentes y expertos humanos para debatir “futuras posibilidades de cooperación”. 
 

¿Querrán los robots con un cerebro cuántico cooperar con nosotros? Probablemente ni siquiera querrán escucharnos. Pensemos en este ejemplo: hace dos semanas la revista especializada Plos One publicó un artículo sobre robots “económicos” construidos con piezas de LEGO que pueden “purificar” el ADN. 
 

Si los robots de LEGO pueden hacer eso, ¿qué no harán los robots superinteligentes? Quizá sea mejor no pensarlo, pero no le digan eso al arqueólogo español Eudald Carbonell porque él ya lo pensó. En febrero de este año, Carbonell indicó que a finales de este siglo habrá cuatro especies humanas: humanos tradicionales, humanos híbridos, humanos artificiales y humanos digitales. 
 

¿Qué pasará entonces cuando las supercomputadoras cuánticas sean el cerebro de robots inteligentes? Pasará lo que ellos quieran que pase. 

 

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