El conocido autor Herbert George (H. G.) Wells escribió alguna vez (no recuerdo ahora la fuente) que nosotros, en nuestra época, estamos más cerca del hombre de las cavernas que del verdadero ser humano. Esa frase me vino a la mente al leer un pensamiento expresado por el neurocientífico Anders Sandberg, quien sostiene que estamos recién en el inicio de la historia.
Sandberg, científico computacional e investigador del Instituto sobre el Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford, afirma que nuestra época marca “el principio de la historia”, enfatizando que lo que ahora decidamos (desde el cambio climático hasta la inteligencia artificial y el contacto con extraterrestres) tendrá consecuencias por cientos y quizá miles de años.
En definitiva, según parece, lejos de estar en el pináculo de la historia, como muchas veces se ha proclamado, o de estar al final de la historia, como comúnmente ahora se proclama, recién estamos viendo y viviendo el inicio de la historia. Pero, agrego yo, no se trata de nuestra historia. Y eso es a la vez lo más atrapante y lo más aterrador.
Alguien quizá pregunta cómo me atrevo a decir que la historia que ahora estamos viendo nacer no es la historia humana. La respuesta es que no lo digo yo, lo dice Metatool, un proyecto europeo que le permite a la inteligencia artificial crear sus propias herramientas imitando la manera que los humanos comenzaron a crear herramientas hace más de 3 millones de años.
Metatool combina tres disciplinas: arqueología, neurociencia y robótica, según explicaron recientemente los dos directores de la iniciativa, los españoles Pablo Lanillos (Instituto Donders para la Cognición, en Países Bajos) y Ricardo Sanz (Universidad Politécnica de Madrid).
La meta del proyecto, dijeron, es que los robots “sean capaces de inventar nuevas herramientas como hicieron nuestros ancestros”. Y para ello Lanillos y Sanz trabajan con siete universidades y compañías que buscan darles a los robots inteligentes la metacognición necesaria para que puedan decidir qué herramientas necesitan o pueden llegar a crear para completar una tarea.
Hace décadas, cuando yo todavía estaba en la escuela primaria, se decía que una las características claves del ser humano era precisamente la capacidad de crear y usar herramientas. De hecho, los arqueólogos determinan la presencia de humanos en un cierto lugar por la presencia de herramientas en ese lugar.
Pero ahora sabemos que nosotros no somos los únicos que usamos herramientas. Existen numerosos ejemplos de gorilas acaparando piedras para lanzarlas al día siguiente a sus “enemigos”, orangutanes entretejiendo hojas para crear paraguas, pájaros cortando ramas del tamaño apropiado para atrapar gusanos, y monos y mapaches usando rocas para acceder a comida.
Y esa lista ahora se suman los robots de Metatool, quienes, podemos asumir, no tardarán, como lo hicimos nosotros, más de 3 millones de años en pasar de piedras talladas a inteligencia artificial y naves espaciales.
Entonces, estamos viendo el inicio de la historia, pero no es nuestra historia, sino lo de nuestros sucesores. Deberíamos prepararnos para ese gran cambio.