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Proyecto Visión 21

¿Cuánto tiempo más durarán abiertas nuestras escuelas?

Ha terminado otro ciclo escolar en Estados Unidos y la pregunta que siempre me intriga en esta época del año es cuánto tiempo falta para que las escuelas se cierren definitivamente y ya no vuelvan a abrirse. Quizá, según un reciente estudio, falte menos de lo que creemos. En esta breve columna (que con esta edición celebra su octavo año) queremos compartir algunas razones.

El fin de semana pasado tuve  la posibilidad de hablar con docenas de jóvenes estudiantes hispanos que desean ir a la universidad. Uno de ellos (que llegó de niño a este país) me dijo que, a pesar de que le estaba yendo muy bien en la clase de inglés avanzado, lo retiraron de esa clase cuando la maestra se enteró que sus padres no hablaban inglés.

Otro joven me comentó que nunca pudo, ni siquiera una sola vez, hablar con su consejera, debido a que, según se le explicó, la consejera estaba muy ocupada con “otros” estudiantes que eran una “prioridad” para la escuela. El mensaje fue claro: la consejera no perdería el tiempo con un varón hispano hijo de inmigrantes.

Una muchacha, nacida en Estados Unidos, me aseguró que la retiraron sin aviso de las clases preuniversitarias que estaba tomando en su escuela. Cuando pidió una explicación, le dijeron que esos asientos no estaban destinados a inmigrantes. De nada sirvieron las protestas para demostrar que ella no era inmigrante.

Debo confesar que pensé que por casualidad me había tocado hablar con un grupo de personas que compartían estas situaciones. E incluso pensé que ellos eran la excepción y que probablemente estaban exagerando un poco.

Pero luego me enteré que el pasado 6 de mayo el Departamento de Educación de Estados Unidos les envió una carta a los administradores de escuelas de todo el país recordándoles que por ley federal tienen la obligación de cumplir con sus deberes educativos sin importar la situación inmigratoria de los alumnos.

La carta, firmada por Russelyn Ali, subsecretaria de derechos civiles del mencionado departamento, indica que escuelas primarias y secundarias de todo el país “desaminan” la inscripción de estudiantes inmigrantes (con o sin documentos). Según la carta, la manera en que están actuando esas escuelas tiene “un efecto negativo” en la inscripción de estudiantes.

Parece ridículo pensar que sólo quienes nacieron aquí y son hijos de padres nacidos aquí pueden asistir a la escuela. Pero hay que recordar hasta no hace muchas generaciones, ciertos grupos (mujeres, minorías) quedaban excluidos del sistema educativo.

Si las escuelas se vuelven discriminatorias y excluyentes (como la carta del Departamento de Educación parece confirmarlo) y si además las escuelas son cada vez más obsoletas, ¿para qué las queremos y cuánto más pueden durar? Según un reciente reporte de la Escuela de Educación de Harvard, durarán sólo 10 a 15 años más.

La razón, según el reporte, es que la educación ya no depende de un docente sino de “relaciones directas” y “amplias redes sociales”. ¡Qué paradoja que se reemplace a las escuelas por auténtica educación!

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