Menu

Proyecto Visión 21

Resulta difícil vivir plenamente en el presente

Francisco Miraval

 

Hace algunos meses, en el inicio del semestre de clases, una de mis estudiantes me dijo: “Ya estudié filosofía antes en mi país y no me gustó”. Y recientemente, en el inicio de la sesión de clases de verano, otra estudiante, de otro país, realizó un comentario similar. En uno y otro caso, mi reacción fue la misma: resulta difícil vivir plenamente en el presente.

 

Es cierto que la filosofía no es para todos, pero ese no es el tema. El tema es que vivimos nuestro presente condicionados por un pasado que en muchos casos (y hasta parece que a propósito) nos impide precisamente vivir, es decir, disfrutar de ese presente. Y cuanto más tiempo pasamos sobre esta tierra más recuerdos acumulamos que nos distraen del presente.

 

Traté de decirles a mis alumnas (una de Europa, la otra de América Latina) que ni una ni otra estaban ahora en sus países natales, que la experiencia que tuvieron años atrás no necesariamente es conmensurable con la experiencia actual, que ellas mismas ya no son las personas que eran antes, y que hasta el idioma de estudio había cambiado para ellas.

 

Todo eso es verdad, pero las verdades de poco sirven en contra de esa acumulación de recuerdos encadenados, que algunos filósofos y psicólogos llaman “ego”, con quien a veces erróneamente nos identificamos al punto de creer que nosotros somos esa acumulación de recuerdos. Y como el ego sólo busca protegerse, todo lo ve como una amenaza, incluyendo el presente.

 

Pero no es solamente el pasado que nos aleja del presente. El futuro también lo hace. Constantemente me encuentro con personas con quienes tengo que hablar o me gustaría hacerlo, pero no puedo, porque están enfocadas en lo que tienen que hacer después de reunirse conmigo.

 

A veces se trata de actividades triviales y en otros casos son responsabilidades importantes. Pero, sea como fuere, ese futuro les impide a esas personas disfrutar del presente y concentrarse en el presente.

 

Y, obviamente, a veces el mismo presente nos aleja del presente. Recientemente asistí a un desayuno en el que una docena de empresarios estaban reunidos para escuchar a un experto en desarrollo comunitario. Pero, aunque físicamente estaban allí, quedó claro que la mente de esos empresarios estaba en otro lugar, como el constante uso de sus teléfonos lo evidenció.

 

La situación es similar a la de aquellos motoristas que, al estar hablando por teléfono (o cualquier otra actividad), se desentienden del lugar y del contexto  en el que están, causando inconvenientes (a veces graves) para ellos mismos y para otros. Y ni que hablar de los estudiantes para quienes visitar las redes sociales es más importante que participar de la clase en la que están.

 

Por todas esas razones, resulta difícil vivir en el presente, porque siempre estamos lidiando con la carga del pasado, los desafíos del futuro y las distracciones del presente. Mientras tanto, la vida nuestra sigue fluyendo y pasa (nos pasa) sin que nosotros ni siquiera nos hayamos dado cuenta.

 

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.