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Proyecto Visión 21

Médicos, empresarios y policías se oponen a nuevas leyes inmigratorias

 

A veces las noticias se entrelazan de tal manera que no solamente ofrecen un pantallazo de lo que está sucediendo sino que también revelan una tendencia, ya sea establecida o en gestación. Creo que eso es lo queda en evidencia al conectar recientes historias sobre médicos, empresarios y policías de distintos estados pero con un tema común: inmigración.

En Phoenix, Arizona, cientos de médicos marcharon hasta el capitolio estatal para expresar su rechazo a las nuevas leyes inmigratorias, indicando que esas leyes interfieren con el código ético de los profesionales de la salud. Además, dijeron, esas leyes ponen en peligro la salud de la comunidad y especialmente de las minorías.

En Aurora, Colorado, el periódico local opinó en su página editorial que las nuevas leyes inmigratorias inspiradas en la ley SB1070 de Arizona transforman a los pequeños empresarios en “la nueva policía de inmigración”, y calificó a esas leyes de “una calamidad” y de “racistas por naturaleza”.

“Dos cosas van a pasar: se discriminará a cualquiera que remotamente parezca o suene hispano o extranjero en las entrevistas de trabajo y los negocios se abstendrán de contratar a nuevos empleados, por temor de no cumplir con la nueva ley”, afirma el editorial del diario de Aurora.

Además, los departamentos de policía de Los Ángeles, San Francisco, Denver y Aurora, emitieron por separado comunicados o memorandos indicando que las nuevas leyes inmigratorias les impedirán cumplir con sus responsabilidades primarias.

De hecho, según Charlie Beck, jefe de policía de Los Ángeles, “ese tipo de leyes en realidad aumentará el crimen, pero no lo disminuirá”.

Además, según un informe publicado a finales de marzo pasado por The Christian Science Monitor, de las más de mil leyes inmigratorias propuestas este año en las legislaturas estatales del país, aquellas que se aprobaron e implementaron “tuvieron poco o ningún impacto”.

Sin embargo, esas leyes, incluso aquellas que no fueron aprobadas, “crearon una hostilidad abierta hacia los inmigrantes con piel marrón, sin importar si son ciudadanos (de Estados Unidos) o no”.

Esa hostilidad se ve, por ejemplo, en el hecho que después de la aprobación de SB1070 unos 100.000 hispanos dejaron Arizona, según un estudio de BBVA Bancomer.

Otra consecuencia de esas leyes, según recientes declaraciones de Dan Oates, jefe de policía de Aurora, es que “no falta mucho para que los criminales comiencen a enfocarse en los hispanos,  sabiendo que los hispanos no llamarán a la policía” por miedo a las posibles consecuencias inmigratorias al realizar una denuncia.

En definitiva, los médicos afirman que las nuevas leyes inmigratorias no les permiten tratar a sus pacientes. Los empresarios sostienen que esas leyes les impiden contratar a trabajadores y que fomentan la creación de un mercado negro. Los policías declaran que esas leyes los alejan de sus verdaderos trabajos y hasta impulsan la criminalidad. Y según The Christian Science Monitor, esas leyes ni siquiera son efectivas.

¿Por qué entonces se debatieron este año mil proyectos de ley sobre inmigración? ¿Quién los impulsa y por qué? ¿Tendremos alguna vez respuestas adecuadas?

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