Menu

Proyecto Visión 21

El mundo (mental) resulta cada vez más pequeño

Francisco Miraval

La semana pasada hablé brevemente con una doctora quien, al enterarse que español es mi idioma natal, me dijo que ella no necesita aprender el español porque en su área de especialización (oncología) “nadie habla ese idioma”.

El comentario me pareció inicialmente positivo y hasta inocente, por la posibilidad de que la doctora estuviese indicando que entre los hispanoparlantes la incidencia del cáncer es menor que entre los angloparlantes y, por lo tanto, quienes hablan español tienen menos necesidad de ver a un oncólogo que quienes hablan inglés.

De hecho, estadísticas oficiales revelan que la incidencia del cáncer es menor entre hispanos que entre no hispanos. Sin embargo, la proporción de muertes es mayor entre hispanos que entre no hispanos. Quizá, entonces, la doctora que habló conmigo no necesita español porque los hispanoparlantes simplemente no llegan a su consultorio.

En otras palabras, quizá los hispanos, por cuestiones económicas y sociales, no tienen el mismo nivel de acceso a servicios médicos que otros tienen. O quizá ciertos niveles del personal médico, debido a su hiperespecialización, no están necesariamente preparados para enfrentar la creciente e innegable diversidad cultural del país.

Sea como fuere, el comentario de la doctora, en el nuevo contexto recién propuesto, me hizo pensar en que nuestro mundo mental es cada vez más pequeño, basándose más bien en rápidas observaciones y cortas afirmaciones casi sin sentido y con pocas posibilidades de diálogo como para expandir o clarificar el significado de lo que se dice.

Se repite hasta el cansancio aquello de “Cuán pequeño el mundo es” (con el perdón de Disney). Y generalmente se interpreta como diciendo que, gracias a la tecnología, ahora el planeta entero está intercomunicado. ¿Pero de qué sirve que el mundo geográfico se haya empequeñecido si el mundo mental también se ha empequeñecido?

El ejemplo de la doctora mencionada arriba es solamente eso: un ejemplo. Estoy seguro que se trata de una excelente facultativa dedicada a ayudar a sus pacientes tanto como le resulte posible. Y como ella, muchos otros doctores y muchos otros profesionales en muchísimas áreas cada día se esfuerzan para ayudar a otros.

Pero esa red de ayuda, a veces local, a veces global, no puede ni debe ocultar el hecho que aunque el “mundo” sea ahora más “pequeño” (geográficamente hablando), la misma tecnología que nos permite “reducir” el tamaño del mundo también está “reduciendo” nuestra capacidad de pensar y de comunicarnos unos con otros.

Por ejemplo, durante un reciente noticiero radial en Denver, un periodista informó que el precio de la gasolina es menor en México que en Estados Unidos. Para explicar el tema se pidió la opinión de un experto, quien dijo que el precio de la gasolina en México es menor que en Estados Unidos porque se trata de dos países distintos con dos sistemas económicos distintos.

¿Se necesita realmente entrevistar a un supuesto “experto” para “enterarse” de tal obviedad? Quizá esa clase de entrevistas sea necesaria precisamente porque nuestro mundo mental es cada vez más y más pequeño.

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.