Menu

Proyecto Visión 21

¿De qué nos sirve hablar de una nueva consciencia planetaria?

Hace ya casi tres milenios y medio, el faraón Akhenaton sorprendió a propios y extraños cuando decidió que Egipto debía abandonar los dioses tradicionales y aceptar una especie de monoteísmo, que, aunque nunca fue aceptado en Egipto, tras numerosos cambios históricos y transmutaciones culturales aún sigue vigente en amplios sectores del mundo.

Si lo que hizo Akhenaton en el siglo 14 antes de nuestra era fue sorprendente, aún más sorprendente fue para mí encontrarme inesperadamente con Akhenaton en persona recientemente en mi oficina y poder conversar con él de un tema también inesperado: la nueva consciencia planetaria. 

Obviamente, el Akhenaton contemporáneo que me visitó y con quien hablé no se parece a la persona del mismo nombre de hace 3500 años ni creo por un momento que sea su reencarnación. De hecho, yo no creo en la reencarnación, ni tampoco lo creí en ninguna de mis vidas anteriores, aunque no puedo recordarlo bien.

El Akhenaton del siglo 21 no hablaba egipcio antiguo ni se presentó como el padre de Tutankamón (aunque yo tampoco le pregunté si lo era). Simplemente es alguien que llegó a mi oficina (sin cita previa) y usó ese inusual nombre para presentarse, explicando que alguien le había dicho que yo era una persona con quien se podía conversar.

La situación, en cuanto al nombre, es similar a encontrarse con alguien llamado “Jesús” o “Moisés”, sin que eso represente ninguna otra conexión con quien previamente llevó ese nombre que tener el mismo nombre. Algo similar les sucede a aquellas personas “desconocidas” que comparten nombres similares a los de ciertas celebridades.

Sea como fuere, yo nunca había tenido la oportunidad de hablar con alguien que ni siquiera como seudónimo usase “Akhenaton” para darse a conocer, teniendo en cuenta que su ilustre predecesor fue considerado por sus connacionales como un “enemigo” y “criminal”, una situación bastante común entre los reformadores religiosos. 

Más allá de la cuestión del nombre, el Akhenaton moderno también tiene sus propias intenciones de reforma religiosa y espiritual, basadas en una nueva consciencia planetaria y en el acceso a conocimientos cósmicos, disponibles, dijo, para todos nosotros con la preparación adecuada (de la misma manera, agrego yo, que no se puede aprender matemáticas avanzadas sin primero aprender a sumar y a restar.)

Akhenatón (llamémoslo así) presentó el tema como algo positivo, como algo que ya está sucediendo. Pero, con mi habitual visión más pesimista (el pesimista es un optimista mejor informado), se puede realmente dudar que nuestra consciencia global humana esté mejorando. 

En una época en donde la diferencia entre realidad y fantasía se ha vuelto irrelevante, en donde la historia cambia más rápidamente que en 1984 de Orwell, y en donde la satisfacción narcisista del ego es la principal motivación de la vida, incluso si lleva a la destrucción del planeta y de la humana, ¿vale la pena hablar de una nueva consciencia, aunque lo diga Akhenaton? 

¿Qué nueva consciencia puede emerger cuando el campo social de la negatividad no deja lugar para construir un futuro? 

 

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.