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Proyecto Visión 21

¡Tanto trabajo para ser tan rápidamente olvidado!

Francisco Miraval

Resulta que allá por el siglo 26 antes de la era común dos faraones, Huni o su sucesor Snefru, decidieron reafirmar su dominio sobre el sur de Egipto y para eso hicieron lo que cualquier faraón digno de ese nombre hubiese hecho: construyeron una pirámide.

La pirámide en cuestión, ubicada en la localidad de Edfu (750km al sur de El Cairo), era una pirámide escalonada de 13 metros de alto, la décima parte de la altura de su hermana mayor en Giza.

Aunque relativamente pequeña, no debe haber sido fácil construir una pirámide hace 4600 años. Seguramente se requirió de cientos y quizá miles de trabajadores para cortar las piedras, transportarlas, y finalmente erigir la pirámide. Y una construcción así no se realiza de la noche a la mañana, sino que lleva años.

Sea como fuere, eventualmente la pirámide de Edfu quedó terminada y comenzó a servir como una especie de templo en el que los habitantes de la ciudad rendían culto a los faraones, quienes de esa manera reafirmaban su poder político en el sur de su área de influencia.

Pero pocos años después de su construcción, la pirámide fue abandonada y su propósito original se perdió. De hecho, los terrenos linderos con la pirámide comenzaron a usarse como cementerio para bebés y niños. Pero ni aún eso duró y unos 50 años después de su construcción, es decir, una generación después de Snefru, la pirámide había quedado olvidada. Quiero decir, totalmente olvidada.

Tan olvidada quedó la pirámide, que ni siquiera se sospechaba su existencia al punto que se creía que los restos aún visibles de la construcción eran los restos de la tumba de un jefe musulmán, reverenciado localmente como un santo.

Y así quedó la pirámide, olvidada y malentendida, durante milenios, hasta que hace pocas semanas, en enero de 2014, el Dr. Gregory Marouard, del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, anunció el redescubrimiento de la pirámide en Edfu, de la que sólo queda ahora la tercera parte.

La pirámide de Edfu se construyó como un símbolo de poder, de dominio, de culto a una personalidad, de presencia política. Y en poco tiempo fue abandonada y casi inmediatamente olvidada. Ya nadie recordó ni a Huni ni a Snefru, ni a sus designios. Años de trabajo y de esfuerzos por cientos de trabajadores quedaron olvidados y perdidos en el tiempo, fuera de la memoria y de la historia.

Me pregunto cuántas pirámides de Edfu seguimos construyendo en la actualidad, tanto a nivel individual como social. A veces creo que todo lo que hacemos es, como Huni y Snefru, un fútil intento de auto-endiosamiento que, sin importar cuanto tiempo o esfuerzo le dediquemos, quedará rápidamente abandonado y olvidado.

¿Qué legado dejaremos? ¿Se acordará alguien de nosotros y de nuestros esfuerzos? ¿O seremos rápidamente olvidados incluso si logramos construir nuestra propia pirámide o su equivalente en la época actual? Tanto nos preocupamos y tanto trabajamos por tantas cosas que creemos eternas cuando en realidad el olvido parece una certeza.

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